Situado a pie del que puede considerarse como el espacio público más reconocible de Bilbao, su ría, más conocida como ría del Nervión, se encuentra este apartamento cuyo edificio fue derribado y reconstruido de nuevo en 1902.

Siendo una construcción con recorrido mayormente en altura, la mayor parte de las viviendas del Casco Histórico de la ciudad generalmente presentan una geometría alargada y estrecha en planta. Tal y como sucede en innumerables ejemplos de centros urbanos medievales por todo el viejo continente, los espacios nobles de las viviendas se ubican en la fachada principal donde el edificio recibe mayor iluminación natural. Por el contrario, al alejarnos escalonadamente de la fachada principal loes espacios más oscuros se destinan a zonas privadas de descanso.

En este sentido, la propuesta intenta radicalizar este concepto de disgregación de espacios no solo mediante su uso, si no también mediante su tonalidad. Se exagera la falta de luz, enfatizando la oscuridad de la zona nocturna mediante colores casi negros, los grandes temidos de la decoración mediterránea.

Aunque el blanco y los tonos claros aportan luminosidad y suponen un acierto asegurado, a veces, valorar otras alternativas nos lleva a resultados sorprendentes con una fuerza y singularidad estética incuestionable.