Los interiores franceses siempre rezuman un cierto “je ne sais quoi”, lo sofisticado…una fórmula atemporal que recuerda el aparentemente sencillo andar de una mujer por las calles de París.

“Un apartamento francés es como un traje negro de Chanel”, solo necesita los complementos para cada ocasión y siempre resulta espectacular.

 

Las contradicciones caracterizan el estilo interior parisino. En este caso, la sobriedad y elegancia de las ordenadas molduras en techo, paredes y chimeneas contrasta drásticamente con los elementos de mobiliario. No importa si se coloca una luminaria ultra-moderna frente a un clásico artesonado. Es precisamente la tensión dinámica entre periodos y estilos la que concierne al resultado de una índole especial.

En esta vivienda en la gran vía la tuerca ha dado una vuelta más. La controversia se ve ensalzada por un amueblamiento con toque “urban chic” donde se mezcla ese estilo francés con sutiles pinceladas de color y cálidas texturas.